Están en todas partes, son el broche final en los anuncios publicitarios, e incluso, hay casos, donde al decir el nombre de una marca, inevitablemente pensamos en su slogan.
Los eslóganes son frases cortas, impactantes, y fáciles de recordar que captan la atención posible de los oyentes y consumidores. Pero la pregunta es;
¿Realmente convencen lo suficiente como para incrementar el volumen de ventas de un producto o servicio?
El objetivo de los eslóganes publicitarios
El objetivo de las empresas cuando lanzan este lema publicitario es captar nuestra atención e instalarse en nuestra memoria, para cultivar el posicionamiento de la marca en cuestión.
Si un eslogan publicitario funciona o no depende del enfoque. ¿Funciona para vender más? Es probable que algunos casos sea así, y de forma directa. Pero en la mayoría de situaciones, el eslogan no busca vender, buscan crear vínculos emocionales con los consumidores.
Cómo afecta a un buen eslogan en la mente del consumidor
El eslogan se considerará efectivo, en mayor o menor medida, según el grado de retención que consiga en la mente de un consumidor.
Para conseguir esto, es inevitable recurrir a eslóganes que toquen las emociones del consumidor, puesto que lograrán un mayor impacto, atención y retención.
Lógicamente, debe estar en sintonía con la imagen y valores que proyecta la marca para maximizar los resultados.
Atrás quedaron los años donde un buen eslogan acompañado de una publicidad masiva en prensa, radio o televisión, conseguía ventas a raudales.
Los tiempos han cambiado, y el cliente fiel se ha revalorizado. Es deber de las empresas ofrecer buenos productos y servicios, y acompañarlo de una publicidad persuasiva, segmentada y medible.
El eslogan, por su puesto, juego su papel, pero como parte de un todo que debe estar bien engranado.